jueves, 28 de abril de 2011

odio con mucha caca del que no me arrepentiré

Los odio a todos, los odio por creer constantemente que soy débil, que no puedo soportar lo que me van a decir. Cagaron, porque lo soporté. Así que hablé. Ahora, desaparezcan todos ustedes de mi vida, montón de imbéciles enfermos mentales cahuineros de profesión. No me apareceré por sus vidas ni para regalarles un ramo de gladiolos, que son igual de hediondos, feos y muertos que ustedes.

Les encanta criticar a mis amigos que pelean, que arman show, que gritan y que a veces no se toleran, pero nos gusta pelear porque hablamos los problemas, porque nos interesa que la cosa esté bien, puteamos con razón, nos odiamos y nos amamos con razón, y después nos comemos un pan con queso y nos robamos los almuerzos. Pero ustedes son un centro de madres de teleserie colombiana que se miran con la cara llena de verguenza, esa cara que se pueden apenas, pero como son cínicos, se la pueden igual.

Quería que pararan, pero ya no me importa, no los veré nunca más, si quieren destruir, destrúyanse ustedes, yo renuncio.

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