Quisiera decir que la entiendo, sé que lo hago mas que el resto, pero sería injusto decir que puedo comprender algo que no he vivido. No la comprendo, aunque sus sentimientos me traspasen como si fueran propios, no sé lo que está viviendo. Ella, por completo, lo expresa todo y me consume. No sé cuanto sufre, eso mismo me angustia ¿o es su angustia?.
Le habla a mi madre, le pregunta cosas que solo entienden dos médicos, conversación de la que mi abuela y yo quedamos completamente al margen. La mirada débil continua, así como su frágil voz. La llaman, no cambia su tono a diferencia de la mayoría al hablar por teléfono, son asuntos médicos, ella jamás deja de trabajar, al igual que mi madre. Comienza a buscar un lápiz y me apresuro a sacar uno del cajón junto a la cama, se lo entrego y rozo su mano helada, entonces sonríe, y como el resto del tiempo me parece que aunque me mira, no es a mí a quien sonríe, sino a alguien muy lejos de esa habitación monocromática.
Sé que solían trabajar juntas, sé que se llevaban bien y que la pasaba a buscar luego de dejarme en el colegio, sé que mi mamá la conoció luego de que pasó la tormenta, pero sé también que sus aguas nunca se calmaron, así como las nubes que la cubren jamas se disiparon. Sé, por último, que su hija murió hace 20 años, poco antes que yo naciera. Ahora algo de esta historia me está llamando.
Ny.
♫ Recoil
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